Escrito por Magaly Castro
Fue la primera vez que tomaba la iniciativa. Empecé por pedirle su correo electrónico y un número de teléfono fijo, con el transcurrir de los días fue su número de celular. Por una cuestión de trabajo. Las llamadas de coordinación casi diarias y con el correo abierto más de ocho horas, no fue difícil empezar a chatear. Encontramos, o debería decir quisimos encontrar, cosas en común: la misma carrera, comida, música, e incluso la primera vez que hacíamos una amistad de esa forma.
No es gracioso creer tener tanto en común con alguien a quien recién conoces. El mito de haber encontrado nuestra alma gemela, la persona indicada, después de tantos no indicados, se instala en tu cabeza. La ansiedad empieza a apoderarse de ti, empiezas a imaginar qué estará haciendo, pensara en ti como tú en él, a qué hora llega para conectarnos, a qué hora termina esta reunión para encontrarlo...
El correo electrónico y el MSN, ahora el Facebook, son las herramientas que están permitiendo conocer nuevos “amigos” y construir relaciones.
Al reencontrarme con él, después de varios meses, me pregunto y les sugiero las siguientes preguntas ¿Cuánto conoces a ese amigo virtual? No lo que proyecta o lo que queremos ver que proyecta ¿Ya lo conociste en la vida real? ¿Cuánto, o debería decir, qué estamos compartiendo con ese desconocido?
El amor en los tiempos del Facebook
Si bien es cierto Facebook está permitiendo reencontrarnos con viejos amigos y amores, también está facilitando información. Díganme, quién no ha buscado a su ex por “Face”, no ha revisado sus fotos, cuál es situación sentimental ¿No lo has hecho? ¿No lo haces cada cierto tiempo? Por si acaso, dices.
Además de fisgonear, y por ahí llevarte una sorpresa. Lo realmente grave que podría ocurrir es que te enteres que saliste, o te desalojaron, de su vida cuando cambio su situación sentimental a soltero o soltera, o te enteres que tiene una relación con X antes de que te lo diga. Dime ¿qué harías?
Si terminar la relación en plena calle, poniendo de testigos a todos los transeúntes, desconocidos finalmente, es vergonzoso. Se imaginan hacerlo de muro a muro, poniendo a la familia, amigos, compañeros de trabajo en medio de un encontrón virtual.
Te invito a reflexionar en torno a las preguntas que lance en este post… Lo único que contaré de ese reencuentro, es que el tiempo hizo su trabajo: soy más cautelosa, mi querido amigo.
Imagen Vía | tusrespuestas.hondublogs.com
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