Si lo vemos desde el punto de vista económico-social, los monopolios no son saludables, siempre tienen su efecto dominó. Por un lado el saber que casi todos los productos que consumimos son de una empresa conocida nos da confianza; por otro lado, eso le otorga a la empresa un poder, tan o más peligroso que el ostentado por los dictadores latinoamericanos en el pasado.
Vía | Sincrono
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