Las dos caras de Alan García

Debo reconocer que García esta vez si se lució, no solo puso en a puros a Morales y Bachelet, con sus declaraciones sobre el `supuesto acuerdo bajo la mesa’ que ambos países, al parecer vienen sosteniendo, sino también, se dio tiempo para poner en la agenda de UNASUR el tema del armamentismo en la región y el avance desenfrenado del narcotráfico.

A principios de la semana salió publicado en el diario La Tercera de Chile una entrevista al presidente peruano, en la cuál, deslizó la posibilidad que Chile y Bolivia estén negociando la ansiada salida al mar del país altiplánico por ex territorios peruanos. García sustentó sus afirmaciones recordando las críticas de Evo a la demanda presentada por el Perú en contra de Chile en la Haya y el aumento de los adjetivos calificativos lanzados desde la Paz.

Extracto de la entrevista:

Periodista de La Tercera: Evo Morales ha dicho que la demanda en La Haya perjudica las negociaciones entre Chile y Bolivia…
Respuesta de García: …Cuando Perú presenta su memorándum en La Haya, irrumpe en la escena un tercero que, como decimos en Perú, no tenía oficio en este tema. Y lo hace para decir que lo hemos hecho contra Bolivia. Francamente, no lo entiendo. Dije: oiga, este es un tema bilateral con la Cancillería chilena y usted tiene otro tema que es bilateral y el Perú no interviene. (…) Como (Evo Morales) no puede pelear con Santiago, quiere pelear con Lima. Y quiere buscarse un adversario que tenga menor costo. Incluso mi amigo Evo dijo una cosa que me impresionó mucho. Dijo: "No podemos entrar en conflicto con Chile, porque de repente nos quita más territorio". Eso está escrito. Nosotros estamos tranquilos. Además, en el caso de Evo Morales, hay que entender los adjetivos de más que usa.

Es obvio que aquí hay ‘salida al mar encerrada’, es muy sospechosa la actitud de Evo, que se ha valido de insultos (hacia Garcia), acusaciones (peruanos terrorista en Bolivia), críticas (sobre los sucedido en Bagua) y hasta de una ridícula reivindicación cultural: ‘La Diablada el boliviana’, para atacar a nuestro país.

Asimismo, las declaraciones de García han provocado, más en Chile que en Bolivia, un rechazo hacia el supuesto acuerdo, encendiendo aún más el clima pre electoral que vive nuestros vecino y dándole, como bien apunta Santiago Pedraglio, un espaldarazo a la derecha chilena, a quién el mandatario peruano, a pesar de su intransigencia sobre tema de los límites marítimos, preferiría:

Contra lo que se ha especulado, el objetivo inmediato de la declaración de García tenía como principal destinatario el actual gobierno de Chile y no el de Bolivia: descolocarlo, sembrar la duda interna sobre la negociación en curso y darle pista a la oposición, hoy alineada con Piñera y fortalecida por el desorden reinante en la Concertación.
El propósito parece logrado. Más aún: hoy por hoy, el mandatario peruano parece preferir a la derecha chilena en el futuro gobierno, quizás porque –aunque es más intransigente frente a la reclamación peruana ante La Haya y las demandas bolivianas–, en el corto plazo, su asunción le permitiría romper el enclaustramiento político regional en el que se encuentra, con la solitaria compañía del colombiano Álvaro Uribe.

Como vemos el tema geopolítico también está presente en el discurso internacional de García, quién, como dije al inicio de esta post se lució esta semana cerrando su magnifica faena llevando al seno de UNASUR el problema preocupante del armamentismo de la región. El Presidente peruano en su intervención en el organismo regional hablo fuerte y claro:

“Realmente es vergonzoso que presidentes que decimos actuar por el pueblo hayamos comprado, el año pasado, 38 mil millones de dólares en armas. Ese monto es más que suficiente para solucionar la vida de cientos de millones de familias en el continente. Y hablando de integración en Bariloche, saldremos de aquí a comprar más armas”

Los aludidos, claro, no fueron otros que: Chile y Venezuela que gracias al impuesto del 10% al cobre y a sus reservas petroleras respectivamente, no han dejado de comprar armas ante la mirada recelosa de sus vecinos. Cada vez que se le ha pedido explicaciones al Gobierno chileno este alude a un cierto recambio, mientras que el país caribeño afirma sentirse amenazado por EEUU.

No obstante Brasil y Colombia no se quedan atrás, según el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (Sipri por sus siglas en inglés), ambos países lideran la lista de inversiones en el rubro defensa en la región.

Ante estas ‘indirectas’ la presidenta de Chile, Michelle Bachelette y su homólogo venezolano, Hugo Chávez, respondieron afirmando que todo está claro en las cuentas militares de chile y que si se desea, UNASUR puede revisar los acuerdos del país caribeño con Rusia, China e Irán.

Cabe precisar que, García propuso que el Consejo de Defensa de la UNASUR supervise y controle el proceso de compras, en pro de la integración en la región.

Hasta ahí concuerdo con nuestro Presidente, creo que ha sido muy inteligente al manejar la situación internacional; sin embargo, en las cuestiones internas aun deja mucho que desear. Lo que me llamó la atención es que luego de conocerse que el Perú encabeza la lista de productores mundiales de droga, éste salga a llamar la atención sobre el grave problema del narcotráfico.

Es cierto este flagelo que atormenta a Colombia y suma cada día más muertos en México, debe ser enfrentado de forma conjunta por la región, pero la lucha comienza en cada país. Si se cometen graves errores y no se crea una estrategia sólida, como es el caso del Plan VRAE, de nada sirve expresar una preocupación a nivel continental. El Perú debe tomar al toro por las astas y enfrentar la realidad, nos estamos convirtiendo en un narco Estado, con zonas liberadas, que si no las recuperamos, por la vía militar y civil (ingreso de programas sociales) la ‘mala hierva’ que está creciendo en el VRAE se puede expandir a otras zonas, volviendo incontrolable el problema. Hoy por hoy La amenaza ya no es una ideología violentista, sino, el poder del dinero que lo compra todo.

Como vemos García muestra una habilidad innata para manejar temas de política internacional, pero presenta graves problemas al enfrentar nuestra realidad.