Arte sin el arte

Hace semanas me di una vuelta por el centro Cultural de España para entrar, como acostumbro, a ver alguno de sus eventos culturales. Ese día se presentaba un joven artista con un currículo envidiable: pintor, poeta y cantante, reconocido en la difícil ciudad de Nueva York. Eso me hizo sentir que esa noche iba a ser testigo de una buena función. Lamentablemente, me equivoqué, al final, el amargo sabor de la decepción se apoderó de mi aun neófito paladar cultural.

Mientras me iba acomodando, escuchaba los comentarios de algunas personas que parecían ser amigos del artista. En general hablaban bien, sino fuera por el hecho que eran ‘pituquitos’ a los cuales la frivolidad les nubla el sentido de lo estético y la hipocresía guía sus apreciaciones, me lo hubiera creído.

No voy a revelar su nombre porque creo que no es ético y además, porque en cuestiones de gustos todo es relativo. Lo que sí quiero compartir con ustedes es una interrogante que se apoderó de mí esa noche ¿Qué es arte? Esta claro que el canto desafinado de ese muchacho regordete, de escaso pelo y barba profusa no lo era. A pesar que sus letras tenían alusiones sociales y compartía muchas de sus opiniones, su prosa, no soportaría ni el más leve análisis.

Un profesor en la universidad nos dijo que no todo lo que tenía el rótulo arte era tal, que existían una corriente que hacía arte por el arte, es decir sin contenido, sin rumbo, sin finalidad y eso no era arte, sino un desperdicio. Luego de escuchar a este joven no puedo estar más de acuerdo…

Ese día al salir, no pude evitar escribir algo que trataran de explicar lo que había sucedido. Ojo, lo que a continuación reproduzco no lo considero arte, solo una forma de expresión y hasta ahí nos más…

Aullidos desenfrenados
de una generación pérdida…

Intentos por crear belleza fallidos
desde su concepción.

Noción distorsionada por la angustia
contenida.

Buenas intensiones hilvanadas sin compás.

Prosa ininteligible,

Guitarra sorda,

Garganta de silicona,

Currículo banal…